Lava las mantas

Cada vez que metes a la lavadora tus edredones, la tela se agrava y la exposición al agua y al jabón puede romper la tela con el tiempo. Asimismo, tendemos a lavar más nuestras sábanas que los edredones o las mantas.

Esto se debe a que nuestras sábanas están en contacto directo con nuestra piel y son más propensas a recoger el aceite, las células cutáneas y suciedad. Por ello, es importante guardar esta ropa limpia.

Ten cuidado a la hora de hacer esto porque no todos los edredones se pueden lavar en la lavadora. Por ejemplo, si vas a guardar una colcha vintage por un par de meses, sería mejor sacudirla antes de almacenarla para evitar el lavado. También, podrías optar por el lavado en seco en una lavandería.

Cualquier ropa de cama que esté sucia debe lavarse antes de almacenarla en una bodega storage. Más importante todavía es asegurarse de que la tela esté completamente seca antes de guardarla. La humedad puede promover el crecimiento de moho y hongos.

  • Lava la ropa en agua fría
    El exceso de agua caliente puede dañar la tela. Utiliza una pequeña cantidad de detergente porque mucho jabón deja las sábanas tiesas.
  • Seca los mantas en una secadora lo suficientemente grande a temperatura media
    Para asegurarte de que los edredones estén secos de manera uniforme, utiliza bolas para secadora, las cuales reducen el tiempo de secado, quitan las arrugas y suavizan las telas.
  • No sobrecargues la lavadora
    Deja que la ropa de cama tenga un poco de espacio libre en la lavadora para que entre el aire. Seca las sábanas por separado y no llenes la lavadora más de la mitad.

Maximiza el espacio doblando tus mantas

La manera adecuada de guardar edredones en poco espacio es un paso importante en el almacenamiento porque una manta correctamente doblada ocupará menos espacio. Algunos edredones son voluminosos y difíciles de doblar. Otros no deben comprimirse o apilarse.

Una solución a este problema es enrollar la ropa de cama hasta formar una bola y atarla con una cinta. Esta opción es ideal porque las mantas son más accesibles y no se aplastarán por el peso de otras colchas.

Rodar los edredones de esta manera y almacenarlos de forma vertical evitarán la compresión. El exceso de peso puede dañar las plumas y provocar que estas se amontonen dentro del cobertor.

Mantén las colchas frescas

Si vives en una zona húmeda, te aconsejamos que optes por un depósito de alquiler, como el de The Safe Storage Co., que cuente con un deshumedecedor especializado que controle la humedad y temperatura, de manera que todo el aire que ingresa al edificio se seque y se trate.

  • Usa toallitas para secadora.
    Coloca un par de toallitas dentro de la ropa de cama antes de almacenarla. Las toallitas para secadora funcionan bien para conservar la tela fresca sin importar el lugar donde se almacenen.
  • Prepara un absorbedor de olores.
    Prepara un absorbedor de olores mezclando bicarbonato de sodio con unas gotas de tu aceite esencial favorito dentro de un frasco. Haz unos agujeros en la tapa y colócalo dentro de tu almacén.
  • Evita la naftalina.
    Si bien la naftalina evita que tu ropa se dañe, puede dejar un aroma indeseado.
  • Expónlas al sol.
    Cuando retires tus mantas de tu almacén seguro, lávalas, sécalas y cuélgalas cuidadosamente en el tendedero en un día soleado. El sol ayudará a desodorizar y matar la bacteria que causa el mal olor en la tela de manera natural.
    Ahora ya sabes cómo guardar edredones y colchas de manera segura. Sigue todos estos consejos y verás que tus sábanas y frazadas perdurarán a largo plazo mientras disfrutas de la primavera y el verano